Como dijo quien hizo la introducción al asunto (mi amiga X), "hay cosas que uno no hizo en la vida, y está bien hacerlas, hay que hacerlas, aunque sea más tarde..." No me resistí en absoluto, X puede dar fe. A esta altura de las cosas yo también había entendido lo que me estaba diciendo.
Para ese entonces ya estábamos metidas en un baño de la facu, con un bolso que rebalzaba de ropa apta y con gente esperando afuera, muy al tanto de todo. Y X tenía un entusiasmo y una convicción tan vehementes que no podía defraudarla…
Las instancias de cierre de carrera habían tenido siempre cierto sabor amargo, por las instancias en sí mismas o por cuestiones coyunturales. Y aunque en cada oportunidad lo fui pasando progresivamente mejor, los pasos para desprenderme por completo de la facu parecían nunca terminar. Incluso del evento honorífico ya había sido advertida, y yo seguía por la vida con la certeza de que me quedaba un escalón más.
Y si bien es cierto que resta una legalización (porque la Sra. Fadu no llegó a hacerla a tiempo para el acto de ayer, obvio), ahora ya están todos los escalones.
Pero eso sólo no hubiera sido suficiente, me conozco, hacía falta algo más. Yo no me di cuenta claramente, ni pude imaginar algo específico, pero por suerte tengo amigos muy intuitivos y muy inteligentes que supieron mejor que yo lo que estaba necesitando. Ellos hicieron las maniobras que hacía falta hacer para involucrar a todos y juntar los elementos necesarios. ¡Felicitaciones por la logística, muchachos! Realmente me divertí.
Cada vez que pasa algo así pienso que algún talento tendré para esto. No me refiero a los diplomas, sino a cierta habilidad para rodearme de gente valiosa. Porque, señores, ayer había mucho material humano, todo junto y revuelto.
Gracias a los que participaron de la "huevada" y del festejo. A los que disfrutaron de enchastrarme. A los que se bancaron ensuciarse. A los que no se lo bancaron (pero se dejaron la remera). A los que organizaron de prepo un festejo casero. A los que cargaron las armas y a los que las trajeron. A los que me transportaron y grabaron todo. A los que conocí post carrera, pero llegaron a tiempo. Y a los malos perdedores de "Carioca" que, de cualquier modo, son amigos buenos.
¡Los quiero mucho!
Para ese entonces ya estábamos metidas en un baño de la facu, con un bolso que rebalzaba de ropa apta y con gente esperando afuera, muy al tanto de todo. Y X tenía un entusiasmo y una convicción tan vehementes que no podía defraudarla…
Las instancias de cierre de carrera habían tenido siempre cierto sabor amargo, por las instancias en sí mismas o por cuestiones coyunturales. Y aunque en cada oportunidad lo fui pasando progresivamente mejor, los pasos para desprenderme por completo de la facu parecían nunca terminar. Incluso del evento honorífico ya había sido advertida, y yo seguía por la vida con la certeza de que me quedaba un escalón más.
Y si bien es cierto que resta una legalización (porque la Sra. Fadu no llegó a hacerla a tiempo para el acto de ayer, obvio), ahora ya están todos los escalones.
Pero eso sólo no hubiera sido suficiente, me conozco, hacía falta algo más. Yo no me di cuenta claramente, ni pude imaginar algo específico, pero por suerte tengo amigos muy intuitivos y muy inteligentes que supieron mejor que yo lo que estaba necesitando. Ellos hicieron las maniobras que hacía falta hacer para involucrar a todos y juntar los elementos necesarios. ¡Felicitaciones por la logística, muchachos! Realmente me divertí.
Cada vez que pasa algo así pienso que algún talento tendré para esto. No me refiero a los diplomas, sino a cierta habilidad para rodearme de gente valiosa. Porque, señores, ayer había mucho material humano, todo junto y revuelto.
Gracias a los que participaron de la "huevada" y del festejo. A los que disfrutaron de enchastrarme. A los que se bancaron ensuciarse. A los que no se lo bancaron (pero se dejaron la remera). A los que organizaron de prepo un festejo casero. A los que cargaron las armas y a los que las trajeron. A los que me transportaron y grabaron todo. A los que conocí post carrera, pero llegaron a tiempo. Y a los malos perdedores de "Carioca" que, de cualquier modo, son amigos buenos.
¡Los quiero mucho!