Para quienes gustan de las propuestas innovadoras, recomiendo un espectáculo que tiene un poco de todo y todo bastante bueno. Hay danza, teatro y música en vivo. Si vieron alguna vez algo del grupo "El Descueve", va por ahí la cosa (¿Se acuerdan de "Hermosura"?).
Los bailarines son muy buenos y algunos también cantan o tocan instrumentos. Yapa para los muchachos: además de talentosas, las chicas son lindas y...cómo decirlo...se llevan muy bien con sus cuerpos.
Hay una especie de hilo conductor narrativo que sirve de excusa para disparar situaciones diversas. Aunque a veces resultan inconexas, siempre hay entre ellas algún elemento que funciona como puente. Todo gira en torno a los vínculos entre hombres y mujeres y lo que se desprende de ellos: lo femenino-lo masculino, el erotismo, la histeria, la seducción, el amor, la ternura, los enfrentamientos, etc.
En general, el vestuario me gustó mucho. El de las chicas, especialmente; en los chicos no hay mucha variación ni una propuesta muy radical. Blanco, negro, rojo. Algún azul. Simple y sentador. Con detalles de diseño que suman, a veces elegantes, a veces divertidos.
Todo el tiempo hay alguien generando música con una especie de consola (no entiendo mucho del asunto...) o suenan temas ya conocidos, pero además hay momentos en los que la música se vuelve protagonista y funciona muy bien. Alguien toca una guitarra y canta; otro se transforma en baterista.
Sucede en el Konex, que de por sí está bueno. El espectáculo es dinámico, entretenido y convocante, y hasta tiene toques de humor. Es visualmente atractivo (hay, además, algunos trucos con luces que valen la pena), y lisa y llanamente, uno lo pasa bien.
La obra es difícil de explicar, y eso ya me parece bastante interesante. Si tienen ganas, inténtenlo. Quizás incluso salen, como me pasó a mí, con ganas locas de bailar como esa gente.
Los bailarines son muy buenos y algunos también cantan o tocan instrumentos. Yapa para los muchachos: además de talentosas, las chicas son lindas y...cómo decirlo...se llevan muy bien con sus cuerpos.
Hay una especie de hilo conductor narrativo que sirve de excusa para disparar situaciones diversas. Aunque a veces resultan inconexas, siempre hay entre ellas algún elemento que funciona como puente. Todo gira en torno a los vínculos entre hombres y mujeres y lo que se desprende de ellos: lo femenino-lo masculino, el erotismo, la histeria, la seducción, el amor, la ternura, los enfrentamientos, etc.
En general, el vestuario me gustó mucho. El de las chicas, especialmente; en los chicos no hay mucha variación ni una propuesta muy radical. Blanco, negro, rojo. Algún azul. Simple y sentador. Con detalles de diseño que suman, a veces elegantes, a veces divertidos.
Todo el tiempo hay alguien generando música con una especie de consola (no entiendo mucho del asunto...) o suenan temas ya conocidos, pero además hay momentos en los que la música se vuelve protagonista y funciona muy bien. Alguien toca una guitarra y canta; otro se transforma en baterista.
Sucede en el Konex, que de por sí está bueno. El espectáculo es dinámico, entretenido y convocante, y hasta tiene toques de humor. Es visualmente atractivo (hay, además, algunos trucos con luces que valen la pena), y lisa y llanamente, uno lo pasa bien.
La obra es difícil de explicar, y eso ya me parece bastante interesante. Si tienen ganas, inténtenlo. Quizás incluso salen, como me pasó a mí, con ganas locas de bailar como esa gente.
PURA CEPA / Vie y Sab / 21 hs. / Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131 / Dirección: Ana Frenkel, creación colectiva de Grupo Compo. Entradas desde $35 (fíjense que hay posibilidad de 2x1). Yo caí un rato antes y conseguí sin problemas, pero por las dudas 4864-3200.
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